Un expresivo gesto lleno de valor y de sentido (3-5-2015).

UN EXPRESIVO GESTO LLENO DE VALOR Y DE SENTIDO

      Queridos hermanos en el Señor:

      Os deseo gracia y paz.

      La vida está hecha de múltiples gestos solidarios. Se podría decir que es como un entretejido de criterios, principios, acciones, actitudes, que van integrando un proyecto vital.      

      Hay ocasiones en las que podemos ayudar, cooperar, mostrar la dimensión más abierta y expansiva de nuestra fe. Hay momentos en los que necesitamos ser ayudados y en los que solicitamos mayor atención y respuesta para nuestras inquietudes.      

      Existe un pequeño gesto, sencillo en su trazado, pero con una enorme repercusión. Es casi como señalar los cuatro puntos cardinales a través de un par de segmentos que se entrecruzan. En su humildad, señala la limitación de nuestras posibilidades, pero en su significado apunta hacia el encuentro con los más necesitados.      

      Se trata de marcar, con un expresivo gesto lleno de valor y de sentido, la casilla de la Iglesia Católica en la declaración del IRPF. Sabemos que no nos van a cobrar más ni nos devolverán menos. Pero manifestamos, consciente, libre y responsablemente, nuestra voluntad de colaborar en una tarea apasionada y apasionante.       

      Dejamos constancia, escrita e inscrita, de que apreciamos y valoramos la acción de la Iglesia en tantos espacios comunes que generan convivencia y robustecen los vínculos de una sociedad que desea ser más generosa, más abierta, sin exclusiones.      

      Son muchas las personas que ponen a disposición de los demás sus propias vidas en el ámbito de la enseñanza, en la dimensión sanitaria, en el espacio social, en las tareas de evangelización, en las diversas expresiones y manifestaciones de la fe que se hace culto y cultura, en el amplio abanico de la caridad, en el trabajo intenso por favorecer la justicia, la dignidad y la igualdad entre todos.      

      Las parroquias, los monasterios de clausura, los hospitales y ambulatorios, las guarderías, los orfanatos, los centros de acogida y reinserción social y familiar, y un ingente número de iniciativas, necesitan recursos económicos para su mantenimiento, para su gestión y para el desarrollo de sus actividades y proyectos.       

      Cuando marcamos la casilla de la Iglesia Católica, estamos contribuyendo a una gran labor. Colaboramos con muchas personas que esperan nuestros gestos de generosidad y solidaridad para llevar adelante un trabajo encomiable.      

      Es preciso incrementar el número de declaraciones que marcan la casilla de la Iglesia Católica porque las necesidades crecen cada año y el equilibrio de las cuentas requiere transparencia y honradez, pero también seguridad y confianza.      

      El amor cristiano transciende el espacio de las relaciones interpersonales y tiene una vocación social. Para ello se propone ser un servicio comunitario ordenado. Y, consiguientemente, se necesita una organización que planifique, que realice un discernimiento, que ejecute unas tareas y que reflexione y evalúe, contando con medios económicos.       

      Del mismo modo podemos marcar, simultáneamente, la casilla de otros fines sociales. De esta forma, la colaboración se dilata. Llega, también, a otros hombres y mujeres que tienen vocación de servicio e inquietud por construir una sociedad mejor.         

       Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

+Julián Ruiz Martorell, obispo de Huesca y de Jaca.

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