Camino sinodal, acompañado por la Virgen del Pilar (1-10-2023)

CAMINO SINODAL ACOMPAÑADO POR LA VIRGEN DEL PILAR

     Queridos hermanos en el Señor:
     Os deseo gracia y paz.

     El proceso sinodal, en el que la escucha es el método, el discernimiento es el objetivo y la participación es el camino, desarrolla una nueva etapa en la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos durante el mes del octubre.
     El “Instrumentum laboris” resume: “una Iglesia sinodal se funda en el reconocimiento de la dignidad común que deriva del Bautismo, que hace de quienes lo reciben hijos e hijas de Dios, miembros de su familia y, por tanto, hermanos y hermanas en Cristo, habitados por el único Espíritu y enviados a cumplir una misión común” (nº 20).
     El mismo documento dice que a la intercesión de “María Madre de la Iglesia, confiamos los trabajos de la Asamblea y la continuación de nuestro empeño por una Iglesia sinodal” (nº 8).
El Papa Francisco ha destacado: “Sin oración no habrá Sínodo” (Intención de oración para el mes de octubre 2022).
     “El Sínodo es antes que nada un acontecimiento de oración y de escucha que no involucra sólo a los miembros de la Asamblea sinodal, sino a cada bautizado, a cada Iglesia particular” (Cardenal Mario Grech, Carta a todos los Obispos).
     La Asamblea sinodal es ante todo un acontecimiento espiritual, de oración y de escucha del Espíritu Santo, verdadero protagonista del evento.
     El 10 de octubre de 1984, san Juan Pablo II rezó a Dios misericordioso y eterno con estas palabras, pronunciadas en la Basílica de la Virgen del Pilar: “Santifica a tu Iglesia para que sea siempre evangelizadora. Confirma en el Espíritu de tus Apóstoles a todos aquellos, obispos, presbíteros, diáconos, religiosos y religiosas, catequistas y seglares, que dedican su vida, en tu Iglesia, a la causa de nuestro Señor Jesucristo. Tú los llamaste a tu servicio, hazlos, ahora, perfectos cooperadores de tu salvación”.
     Y concluyó orando: “Virgen Santa del Pilar: desde este lugar sagrado alienta a los mensajeros del Evangelio, conforta a sus familiares y acompaña maternalmente nuestro camino hacia el Padre, con Cristo, en el Espíritu Santo”.
      La maternidad de María se hizo fecunda en nuestra tierra. El Espíritu Santo por medio de la Virgen del Pilar, dio a luz a Jesús en estos caminos atravesados por las tinieblas y la incredulidad. Reconocemos también que hemos de arraigar permanentemente nuestro corazón en la sabiduría y en la fuerza del Pilar. Para ello necesitamos ser expertos en los caminos y en las huellas del Señor, orientados por el mapa de su Espíritu.

     Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca

 

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