Queridos jóvenes. Hemos vivido una aventura juntos (4-9-2011)
Queridos hermanos en el Señor:
Os deseo gracia y paz.
El sábado 20 de agosto, en el aeropuerto Cuatro Vientos de Madrid, el Santo Padre decía a la multitud allí congregada, con motivo de la Vigilia de Oración de la Jornada Mundial de la Juventud: “Queridos jóvenes: hemos vivido una aventura juntos”. Estas palabras se referían, en primer lugar, al temporal que se desencadenó en aquel espacio, pero reflejaban también, en apretada síntesis, lo que en realidad fue una apasionante aventura vivida conjuntamente por millones de personas, no sólo las que estaban físicamente presentes, sino también las que, desde sus hogares, veían las imágenes por televisión o quienes habían vivido el ambiente cristianamente juvenil en Madrid o en tantas ciudades en los días, semanas y meses previos a este gran acontecimiento.
En la homilía que el Papa no pudo leer respondía a las preguntas formuladas por los jóvenes y afirmaba: “¿cómo puede un joven ser fiel a la fe cristiana y seguir aspirando a grandes ideales en la sociedad actual? En el evangelio que hemos escuchado, Jesús nos da una respuesta a esta importante cuestión: "Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor" (Jn15,9)”.
Y continuaba: “Sí, queridos amigos, Dios nos ama. Ésta es la gran verdad de nuestra vida y que da sentido a todo lo demás. No somos fruto de la casualidad o la irracionalidad, sino que en el origen de nuestra existencia hay un proyecto de amor de Dios. Permanecer en su amor significa entonces vivir arraigados en la fe, porque la fe no es la simple aceptación de unas verdades abstractas, sino una relación íntima con Cristo que nos lleva a abrir nuestro corazón a este misterio de amor y a vivir como personas que se saben amadas por Dios”.
También añadía: “Si permanecéis en el amor de Cristo, arraigados en la fe, encontraréis, aun en medio de contrariedades y sufrimientos, la raíz del gozo y la alegría. La fe no se opone a vuestros ideales más altos, al contrario, los exalta y perfecciona. Queridos jóvenes, no os conforméis con menos que la Verdad y el Amor, no os conforméis con menos que Cristo”.
En el Ángelus del domingo 21 de agosto, dijo Benedicto XVI: “Ahora vais a regresar a vuestros lugares de residencia habitual. Vuestros amigos querrán saber qué es lo que ha cambiado en vosotros después de haber estado en esta noble Villa con el Papa y cientos de miles de jóvenes de todo el orbe: ¿Qué vais a decirles? Os invito a que deis un audaz testimonio de vida cristiana ante los demás. Así seréis fermento de nuevos cristianos y haréis que la Iglesia despunte con pujanza en el corazón de muchos”.
Ha llegado el momento de dar testimonio audaz de todo lo que ha cambiado en nosotros después de haber participado en la JMJ, un testimonio de vida que nos convierta en fermento de nuevos cristianos, dotados de un corazón incandescente.
Agradezco la generosidad colaboración de todos los que habéis contribuido a convertir la Jornada Mundial de la Juventud en una aventura vivida conjuntamente. Gracias por vuestro compromiso y trabajo. Gracias por vuestra disponibilidad y espíritu de servicio.
Recibid mi cordial saludo y mi bendición.
+Julián Ruiz Martorell. obispo de Jaca