
Jesús nació en Belén de Judá y vivió en Nazaret,
que eran pueblos pequeños, como los nuestros.
Nuestros pueblos siguen siendo espacios de acogida, de hospitalidad, de compartir, de sencillez, de ayuda, de alegría, de vida acompasada a los ritmos de la naturaleza, de religiosidad… porque sus habitantes siguen viviendo esas virtudes.
Las personas de nuestros pueblos, precisamente por su vida pegada a la tierra y al ritmo de la naturaleza, tienen una peculiar capacidad de conectar con las enseñanzas de Jesús.
Los mejores valores del mundo rural—cercanía y solidaridad entre las personas, cuidado de los ancianos y enfermos, confianza en la Providencia, comunión afectiva con la Creación, ritmo vital acompasado con el ritmo de la naturaleza, valoración e lo pequeño– favorecen la vivencia de los valores que Jesús propuso en su predicación del reino de Dios.
De “Nazaret era un pueblo pequeño”,
documento de los obispos de Aragón, publicado el 1-12-2019.
La delegación de Medios de Comunicación Social de la diócesis de Jaca os desea una feliz Navidad y que en 2024 vuestros sueños se vean cumplidos.



