Lecturas Solemnidad de Santa Orosia.
LECTURAS SOLEMNIDAD DE SANTA OROSIA
Lectura del libro del Eclesiástico 51, 1-12
Te doy gracias, Señor y Rey, te alabo, oh Dios mi salvador, a tu nombre doy gracias.
Porque fuiste mi protector y mi auxilio, y libraste mi cuerpo de la perdición, del lazo de una lengua traicionera, de los labios que urden mentiras; frente a mis adversarios fuiste mi auxilio y me liberaste, por tu inmensa misericordia y por tu nombre, de las dentelladas de los que iban a devorarme, de la mano de los que buscaban mi vida, de las muchas tribulaciones que he sufrido; de las llamas sofocantes que me envolvían, de un fuego que yo no había encendido; de las entrañas del abismo, de la lengua impura, de la palabra mentirosa, calumnia de una lengua injusta ante el rey.
Yo estaba a punto de morir, mi vida tocaba el abismo profundo. Por todas partes me asediaban y nadie me auxiliaba, buscaba a alguien que me ayudara y no había nadie. Entonces me acordé, Señor, de tu misericordia y de tus obras que son desde siempre, de que tú sostienes a los que esperan en ti y los salvas de la mano de los enemigos. Y desde la tierra elevé mi plegaria, supliqué ser librado de la muerte. Clamé al Señor:
«Tú eres mi Padre, no me abandones el día de la tribulación, cuando acosan los orgullosos y estoy indefenso. Alabaré tu nombre sin cesar y te cantaré himnos de acción de gracias».
Y mi oración fue escuchada, pues tú me salvaste de la perdición y me libraste de aquel mal momento. Por eso te daré gracias y te alabaré, bendeciré el nombre del Señor.
Palabra de Dios
Salmo responsorial Sal 123, 2-3. 4-5. 7b-8 (R: 7a)
R. Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador.
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, cuando nos asaltaban los hombres,nos habrían tragado vivos: tanto ardía su ira contra nosotros. R/.
Nos habrían arrollado las aguas, llegándonos el torrente hasta el cuello; nos habrían llegado hasta el cuello las aguas impetuosas. R/.
La trampa se rompió, y escapamos. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R./.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 1-5
Hermanos:
Así pues, habiendo sido justificados en virtud de la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por el cual hemos obtenido además por la fe el acceso a esta gracia, en la cual nos encontramos; y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Más aún, nos gloriamos incluso en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia, la paciencia, virtud probada, la virtud probada, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado.
Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 1-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
Entonces se parecerá el reino de los cielos a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes.
Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz:
“¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!”.
Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes:
“Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”.
Pero las prudentes contestaron:
“Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”.
Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo:
“Señor, señor, ábrenos”.
Pero él respondió:
“En verdad os digo que no os conozco”.
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».
Palabra del Señor