Iglesia Diocesana (16-11-2014).

IGLESIA DIOCESANA

      Queridos hermanos en el Señor:  Os deseo gracia y paz.

      La Iglesia Diocesana tiene por vocación ser “un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando” (Plegaria eucarística V/b).

 1) Con la Diócesis nos sentimos una comunidad de fieles cristianos en comunión en la fe y en los sacramentos, en la escucha de la Palabra de Dios y en el impulso misionero que nos convierte en testigos del Señor, y evangelizadores con Espíritu.      

2) En la Diócesis colaboramos con muchos otros cristianos con quienes nos une la fe vigorosa, la esperanza segura y el amor constante. En la Iglesia Diocesana creemos, celebramos, vivimos y oramos, sintiéndonos partícipes de una llamada gratuita por parte de Dios y corresponsables en una misión que nos compromete en la conversión pastoral y a caminar desde el corazón del Evangelio.      

3) Por la Diócesis somos capaces de compartir nuestro tiempo, nuestras cualidades y nuestros recursos económicos, conscientes de que hemos de tener “entrañas de misericordia ante toda miseria humana”, y le pedimos al Señor: “inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado, ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido” (Plegaria eucarística V/b).      

4) A través de la Diócesis aprendemos a “discernir los signos de los tiempos” y a crecer “en la fidelidad al Evangelio”, suplicando al Señor “que nos preocupemos de compartir en la caridad las angustias y las tristezas, las alegrías y las esperanzas de los hombres, y así les mostremos el camino de la salvación” (Plegaria eucarística V/c).      

       Nuestra participación en la vida diocesana se concreta en nuestra colaboración con la parroquia, el movimiento, la asociación, la cofradía y otros medios de corresponsabilidad. Queremos recordar que cualquier signo de participación es una declaración de principios, una generosa colaboración.      

      La evangelización, la celebración de la fe, la acción caritativa y social, el acompañamiento de las vocaciones, la solidaridad con las comunidades cristianas en territorio de misión, la cooperación internacional y otros muchos ámbitos de actuación requieren una atención continua y generosa.       

     En el Día de la Iglesia Diocesana, recordamos especialmente que desde la proximidad, la inmediatez y la cercanía de nuestra parroquia sentimos y vivimos como propios los proyectos, las necesidades y las inquietudes de toda la Diócesis.  Y nos damos cuenta de que es necesario un gran caudal de apoyo humano y material.  

     La Iglesia Diocesana agradece la colaboración y la generosidad de todas las personas que abren su corazón a un gran proyecto de amor.  

     La Iglesia Diocesana reconoce y valora la entrega, la dedicación de tiempo y energías, la disponibilidad para compartir valores y talentos.      

      La Iglesia Diocesana necesita la ayuda y el compromiso económico de todos. Por ello, contamos con todos, y a todos les recordamos que con nuestra aportación económica se pueden hacer viables muchas iniciativas, que no se realizarían si careciésemos de colaboración.

      Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca